viernes, 29 de marzo de 2013

Confidente

Hay días en los que el frío cala de manera diferente. Coges un buen abrigo en el que refugiarte de la tormenta, donde la niebla no deja ver más allá de tus pies. Vas caminando y sientes constantemente que chocas con el suelo más fuerte de lo que debería ser. Necesitas aire, necesitas a tu vieja amiga. Aquella que te escucha horas y horas y horas... Que no te da largas, pegadas al teléfono. Indicándote el camino, siendo tus ojos y tus manos y guiando tus pies hacia el sentido más abstracto. Ese sentido que sólo puedes sentir tú y sólo tú cuando ella te toca el alma y te la acaricia. Ella, la música, la que siempre está ahí. La magia hecha mujer y la perfección hecha en Vanesa Martín. 



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