viernes, 29 de marzo de 2013

Confidente

Hay días en los que el frío cala de manera diferente. Coges un buen abrigo en el que refugiarte de la tormenta, donde la niebla no deja ver más allá de tus pies. Vas caminando y sientes constantemente que chocas con el suelo más fuerte de lo que debería ser. Necesitas aire, necesitas a tu vieja amiga. Aquella que te escucha horas y horas y horas... Que no te da largas, pegadas al teléfono. Indicándote el camino, siendo tus ojos y tus manos y guiando tus pies hacia el sentido más abstracto. Ese sentido que sólo puedes sentir tú y sólo tú cuando ella te toca el alma y te la acaricia. Ella, la música, la que siempre está ahí. La magia hecha mujer y la perfección hecha en Vanesa Martín. 



lunes, 25 de marzo de 2013

La vida es un charco al sol


Te invito a quebrar la lógica de los esquemas,
te invito a reír, te invito a enterrar la tristeza,
te invito a pensar que puedes ser lo que tu quieras,
y junto soñar un momento a nuestra manera.

Me olvidé la brújula en tus caderas,
me perdí en el mapa de tus piernas,
y, aún así, llegué a tus besos a ciegas.

Te invito a inventar un espacio en mi maleta,
te invito a ser tú en el burdel de las ideas.

Me olvidé la brújula en tus caderas,
me perdí en el mapa de tus piernas,
y, aún así, llegué a tus besos a ciegas.

Gobernar en el reino de los instantes,
quemar con dos chispas un momento,
degustar la pulpa de tus variantes,
calcular la trayectoria  de tus besos.
Eso es lo más importante.

Me olvidé la brújula en tus caderas,
me perdí en el mapa de tus piernas,
me olvidé la ruta hacia su silueta,
veinte mil leguas entre nuestras lenguas.
Y aún así llegué, llegué...

viernes, 22 de marzo de 2013

Quererte. Buscarte. Necesitarte. Verte. Sentirte. Echarte de menos.

Hace cuatro años que me dejaste jugando a ese juego que a ti y a mí nos encantaba jugar. El que me ha enseñado tantas cosas y al que admiro tanto. ¡No sabes cuánto me gustaría parecerme a ti!
Todavía recuerdo cuando llegaba a tu casa correteando, tú me cogías y me dabas esos besos que me sacaban esas risas de niña. Y, es que, ¿sabes qué es lo más bonito que me ha pasado? Ser la niña más feliz entre tus brazos. Porque esa cara que ponías cuando te quedabas embobado mirándome, siempre la tengo en mi mente.
Me encantaba cuando nos poníamos a jugar y te salía esa sonrisa tan bonita. Porque has sido la felicidad de mi día a día. Porque tú eres la alegría de mi vida.
Gracias. Gracias por hacer que mi vida haya sido un cuento de hadas donde no existían los malos, sólo las gominolas que me comprabas todos los domingos y nuestras risas.
Hay una cosa que sólo tú y yo sabemos, un secreto para siempre. 



Siempre

Lo tiene todo, absolutamente todo.
Ningún defecto, al menos para mí. Es increíble, es la única persona que consigue entenderme, y que, aunque a veces me saque de mis casillas, me encanta.
Es genial estar a su lado. Es la mejor manera de pasar el tiempo estando a su lado. Me encanta su sonrisa, sus ojos, su mirada, su pelo, su nariz. Me encanta él en completo.
Es como un baúl lleno de sorpresas. Cada día me sorprende con algo nuevo y eso le hace aún más perfecto. Gracias por todo lo que hemos pasado, por la noche de ayer y por ese mininaza.
Muchas gracias por soportarme cada día y por hacerme saber que estarás a mi lado eternamente.

Porque...

Sé que te quiero, simplemente lo sé. Cuando te miro y me estremezco, cuando me sonríes y me vuelvo loca. Cuando me pierdo en tu mirada, cuando rozo tu piel. Cuando escucho tu respiración que me pone los vellos de punta. Cuando te veo y mi corazón late más fuerte que nunca.

Hasta el final

No voy a decirte que estaré contigo toda la vida. Sólo voy a dejar que un día me mires, mirando al cielo junto a ti, y descubras que sigo a tu lado a pesar de todo, o tal vez, gracias a todo. 

Eres el mayor regalo

El que te alegra la vida sólo con mirarte. El que te da un abrazo justo en el momento en el que lo necesitas. El que se viste siempre de gala con su mejor sonrisa. El que te sabe escuchar. El que te asombra día a día con diminutos detalles. El que te cuida y te mima como si fueras una princesa. El que te hace la vida mucho más fácil. El que te comprende y lo arregla todo con una caricia. El que me quiere para quererme y al que amo por encima de todo. 

miércoles, 20 de marzo de 2013

Veintiocho

Porque, después de los días grises, siempre vuelve a brillar el sol. Porque ese sol puede estar en la tierra y darte el abrazo en el momento oportuno.


Porque te da la fuerza que, a veces, te falta y porque conoce cuales son tus puntos débiles y le saca más partido a tus virtudes.


Por el color amarillo y los ojos de marquesa.


   
Porque nunca llueve eternamente. 



domingo, 17 de marzo de 2013

Lluvia.

Sé decir lo que pienso y lo que siento. Pero tú me enseñaste a descifrar la belleza de un silencio, a pertenecernos sin nombrarnos...


domingo, 10 de marzo de 2013

Grabado en mi piel


Hoy te vi. Llevabas esa camisa que me gustaba tanto y esos pantalones que te quedan tan bien. El pelo acomodado como tanto te gusta y esa chaqueta con la que me abrigabas las noches de frío. Sin embargo, he de admitir que al principio me costó reconocerte. Tu sonrisa no tenía el mismo color y tu risa no tenía la misma melodía. Yo ya no era dueña de tu mirada y tu piel ya no olía a mí. Y yo que creía que ya no sentía nada por ti…
Mi corazón habló por sí sólo: me alegraba verte feliz y que ella fuera partícipe de tu felicidad. Me satisfizo que te rieras a carcajadas y que no hiciera falta hablar para confesaros vuestro amor. Pero la noche siempre duele. Con el primer rayo de luz, a veces, se disuelve la oscuridad; otras, en cambio, parece incluso más intensa. Lo único que quiero es que seas feliz, te dije cuando decidiste que tu cielo ya no lo llevasen mis hombros. Y sí, era cierto. No obstante, entenderás que no quiera que otra persona sepa a qué saben tus besos, que no sienta lo que es dormirse dentro de ti. Que tu mirada no se transluzca en un salto al vacío cuando la ves aparecer. Entenderás que no quiera que ella escuche los nerviosos latidos de tu corazón, confundido con el suyo, cuando la estás amando. Comprenderás, amor, que no quiera que la lleves a las nubes para ver como el mundo se rinde a vuestros pies. Comprenderás, vida, que siempre te voy a querer. 

viernes, 8 de marzo de 2013

Lléname de letras

Los escritores salvan el mundo, porque a ellos no hay quien les salve. Les envuelve una magia que hace que puedas enamorarte sin que aún te hayan tocado, y que consigue matar de celos a todas las que sueñan con ser musas.




Amarte antes de conocerte


Hace casi veinte años una mujer dejó de ser feliz para ser inmensamente feliz. Cambió su casa por un hogar y, junto a su compañero de viaje, formó una familia. Hablar de lo que es ser madre no puedo, pues no he llevado dentro de mí una vida ni he educado a nadie para que sea una persona de bien. Pero sí puedo hablar de lo que es ser hija, hija de mi madre.
En la edad más difícil, la adolescencia, donde queremos independizarnos un poco de nuestros padres y dejar de ser sus pequeños, me di cuenta de que yo no era igual que los demás jóvenes: yo quería estar con mi madre. Saber apreciar el esfuerzo y dedicación no sólo por mí sino por mi hermano, mi padre y la familia que la rodea. Labor no fácil para una mujer a la que la vida no le ha puesto, precisamente, un camino de rosas. Y es por eso por lo que la admiro tanto. Saber vivir con las cosas más simples de la vida que, a la vez, para ella son las más importantes. Darle el valor a los pequeños detalles y valorar los pequeños gestos es algo que mi madre nos ha inculcado. Ser feliz con pocas cosas, no desear lo que tenga el otro, porque lo que nos hace más especiales es tener algo único. Y, en mi caso, es mi madre.
Hay que tener metas y objetivos que realizar en la vida, pero hay uno en que he desistido, he comprendido que es imposible alcanzar, y es el llegar a parecerme a mi madre. Claro que tengo ídolos y personas a las que admiro por el trabajo que realizan, pero ninguno de ellos son lo primero que veo cuando me despierto o lo último cuando me acuesto. Ninguno de ellos se han levantado por la noche para saber si dormía, estaba bien o me había bajado la fiebre. Ninguno de ellos están cuando me subo a bailar al escenario y, mucho menos, se emocionan al verme. Y, sobre todo, ninguno de ellos estuvo cuando nací.
Decir lo que mi madre es para mí es una ardua labor. Dicen que cuando las palabras salen del corazón es más fácil, pero en mi caso no hay palabras que expresen y embellecen más a mi madre que su propia alma. Ser lluvia en verano y sol en invierno, herida cicatrizada y olvidada, camino andado y futuro, rosa con espinas y capullo en flor.
Hoy, día Internacional de la mujer, rendir mi pequeño homenaje a todas las mujeres que se levantaron y dieron voz propia a un pensamiento, a un derecho y a una igualdad. Mujeres que, a día de hoy, siguen luchando por el lugar que nos corresponde. Y, mujeres madres que nos dan la vida, ahí es poco.

Gracias. 

jueves, 7 de marzo de 2013

Dejar de ser tiempo

Y, ¿sabes amor ese momento en que tus manos simulan la arena cayendo en un reloj? Tic-tac, tic-tac, tic-tac. El tiempo se disuelve muy rápido cuando dos corazones se embalan al estallar un mismo cañón de fuego. Concupiscencia que se traduce en gotas de sudor cayendo por tu espalda, en la unión de tus lunares camuflados en la piel del otro.

Amor insinuante en la sonrisa de tus ojos y en la luz que irradia tu gesto. Tu gesto. Saber esperar la noche para verlo mejor. Saber saciar el amanecer cuando tus huellas siguen húmedas, pero tú ya no las sigues tatuando. Tatuaje de tus labios en mi labios que fluye por las calles de aquel latente que te da la vida y te la quita al mismo tiempo. Es alargar sensaciones y acotar motivos.Felicidad, dice la canción, qué bonito nombre tienes.


El amanecer avisa que está cerca de borrar tus hirientes huellas acomodadas en esa ondulada figura, ahora bronceada por la blanca pureza de su ser... ¡Ay, amor! La arena de tus manos ya se consumió.