sábado, 10 de agosto de 2013

Algo nuevo que comienza.

Después de mucho pensar y "querer hacer", por fin me inicio a escribir una historia. No sé cómo saldrá ni si la dejaré a la mitad. Espero que me lean y disfruten aunque por ahora no haya mucho.

Mi nuevo blog, mi nueva aventura. Algo que llevaba mucho tiempo queriéndolo hacer y por fin me he decidido: Cordón de amor.
http://cordondeamor.blogspot.com.es/

martes, 23 de julio de 2013

Ahora me toca a mí.

Necesidad de cuidarte y protegerte. "En la riqueza y en la pobreza; en la salud y en la enfermedad..." hasta que la muerte nos separe. Te lo prometo. Hay miradas que son un mundo y caricias que son océanos. Pero hay sonrisas que son felicidad y el motor de la vida. Suena tópico decir, pero así es, no soy nada sin ti o tus problemas son mis problemas. Y en esto consiste el amor, entre otras muchas cosas. Ahora me corresponde a mí. Muchas cosas no tendrían sentido si no tuviésemos a alguien a nuestro lado que nos alentara, nos apoyara y depusiera su total y plena confianza en nosotros. Es por esto, y por lo otro, y por lo de más allá, que tengo la imperiosa y acelerada obligación de subirte tan alto, hasta que tus ojos no vean lo vulgar del lugar. Necesidad de alegrarte e ilusionarte.

APG



miércoles, 12 de junio de 2013

¿Querer es poder?


          Una mala racha la tiene cualquiera. Pero hay rachas y rachas. Y hay dos papeles en esta función: al que le suceden los hechos y el que ayuda a la persona en cuestión.

       De un tiempo a esta parte, yo he sido el punto de apoyo, o eso creo, de la persona "perjudicada". Hay veces que no sabes cómo actuar o qué hacer para animarla o, al menos, que se sienta un poco mejor. Todo se lleva medianamente bien hasta que, tras aguantar carros y carretas, la persona a la que ayudas te trata con un poco de desprecio y hace que te sientas mal contigo misma. Hasta el punto de preguntarte: ¿qué he hecho mal? Te paras a pensar, le das una vuelta, y otra, y cien vueltas más. Y nada. No llegas a ninguna conclusión.  
       Quizás el fallo no esté en mí sino en ella. Intentas razonar: puede que el  agobio y la presión del momento estén pudiendo con ella. Pero, ¿por qué yo y sólo yo tengo que pagar su cambio de actitud?

        Hay veces, que el gesto más diminuto e insignificante es el que más daño te hace. Ahora mismo, sinceramente no sé cómo sentirme. Hay situaciones insostenibles y, en cierto modo, me siento decepcionada conmigo misma, y no lo entiendo.

        Dicen que el tiempo y el olvido lo curan todo, pero hay heridas difíciles de cerrar.

jueves, 23 de mayo de 2013

Jorge Luis Borges, todo un vividor.

          Hace unas horas, cambiando de canal en la televisión, me encontré con una voz que recitaba un poema. Me satisfizo ver un espacio dedicado a la literatura, tan importante para enriquecernos y que tantos momentos de fruición nos da, al menos para mí. Pero lo que me dejó realmente embobada fue el contenido del poema. Maravilloso canto a la vida.


Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.
Yo fui de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente cada minuto de su vida;
claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver a atrás trataría
de tener solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
sólo de momentos; no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca
iban a ninguna parte sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas;
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir
comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera
y seguiría hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita,
contemplaría más amaneceres,
y jugaría con más niños,
si tuviera otra vez vida por delante.
Pero ya ven, tengo 85 años...
y sé que me estoy muriendo



domingo, 5 de mayo de 2013

Cordón de amor.

          Me buscó, me encontró y nos enamoramos al instante. Mejor dicho, me quiso desde el momento en que supo que existía. Cuando salí a la luz, me regaló una vida que me esperaba con los brazos abiertos. Yo le cogí un dedo de su mano, ella me entregó su amor en ese momento. Sabíamos que estábamos hechas la una para la otra. 
         Inquieta, revoltosa, como una niña con zapatos nuevos, buscaba su fragancia a todas horas. Ella me lo daba todo sin pedirme nada a cambio. ¡Qué generosa! Como las flores que dejan que las abejas vengan a por su néctar. Como la flor más bonita de mi jardín, mi rosa sin espinas, mi brisa fresca. Como la espuma de las olas que se llevan todo lo malo y te traen sensaciones nuevas. Como la sonrisa más bonita de mis mañanas y los besos más dulces de mis noches. Su tacto que va siempre conmigo. Mi tesoro más preciado y la perla de mi vida, la más bonita y brillante. La luz de mi camino y el lucero de mis sueños. 
        Porque es la alegría de mi vida, mi libertad y mis metas a lo largo del camino. Mi orgullo, satisfacción y admiración. Porque es mi madre, la que me dio la vida y la que me regala la suya todos los días. Porque se entrega en cuerpo y alma por nosotros. Porque sabe ser madre, madre de verdad, con todas sus letras, sus derechos y obligaciones, con todo lo que ello conlleva. Por los valores y las lecciones de vida y humanidad que nos inculca. Porque es el espejo donde mirarme. Porque... me encantaría parecerme tantísimo a ella. 
        Infinito es el amor y las ganas de amarla más cada día. Parece cosa de locos poder querer tanto a una persona, pero no lo es. La cordura se desata dentro del corazón cada vez que la veo aparecer. Es mi motivo constante, es mi madre. La suerte de mi vida.

sábado, 13 de abril de 2013

La magia de un derbi sevillano.

          Dicen que las mujeres no entendemos de fútbol y menos del sufrimiento que se tiene cuando tu equipo pierde, o de la alegría cuando gana. Sí, es cierto, no entendemos nada de nada de lo que se siente cuando tu equipo no puede más y tú lo llevas en volandas entre cánticos y ovaciones. Claro que no entendemos la adrenalina que se siente cuando alzas los brazos y cantas ¡gol! No lo entendemos porque es algo tan simple ver a once jugadores luchando por los colores de tu equipo, rugiendo por llevar a lo más alto ese bendito escudo, que preferimos irnos el domingo al centro comercial que abrazarnos a alguien que no conocemos de nada pero que compartimos el mismo sentimiento: el beticismo. 


          Al igual que nosotras no entendemos de fútbol, el resto de aficionados no saben lo que es un derbi Betis - Sevilla ni lo que ello significa. Hay que vivir en Sevilla y encaminar los piques entre ambas aficiones, que no son tan lejanas una de la otra. Y no porque sean de la misma ciudad, sino porque tienes amigos del otro equipo; en todas las familias también existe ese pique al no ser todos del mismo equipo. Incluso, parejas, como es mi caso, en las que uno es del Sevilla y el otro del Betis, y viceversa.


          Y es que un derbi como éste sólo puede vivirse en esta bendita ciudad. 



          No sé a quien o a qué tengo que darle las gracias por hacerme sentir estos colores tan dentro; por grabarme este escudo en el corazón que late con tanta fuerza y por darme esta satisfacción y orgullo cada vez que digo su nombre. TE QUIERO BETIS.