Lo que parecía que iba a ser una actuación más, se ha convertido en un experiencia muy muy enriquecedora. Ha sido increíble la fusión de mezcla de culturas, de idiomas, de actitudes y de filosofía de vida de cada uno de los participantes del festival.
Compartir con gente de todo el mundo tu folklore y aprender del suyo es algo muy satisfactorio. Aunque es verdad que cada grupo llamaba la atención, ya fuese por su baile o por su indumentaria, he de decir que el nombre de Sevilla sonaba con mucha fuerza.
Pero claro, estábamos en Marbella y todo no fue bailar. Pudimos disfrutar de sus playas:
Celebramos un cumpleaños y le hicimos a un integrante nuevo una novatada:
Y, como no, conocimos la noche marbellí:
Por último, como colofón final, aparecimos en la foto de portada del Diario Sur:
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